Nuevos tiempos en El Salvador nos llaman a tener mayor solidaridad

Hay nuevos vientos en El Salvador, producto del primer triunfo electoral de Mauricio Funes, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Después de cuatro períodos de desgaste de parte de los gobiernos de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Funes ahora se encuentra esperando la hora en que le sea entregado el rumbo del país y que empiece a cumplir los compromisos que en la campaña hizo para todos aquellos que lo miran como una esperanza en un período que muchos consideran complicado, porque se avecina lo peor de la Crisis Económica Mundial que ha azotado a la mayoría de paises que son potencias internacionales. A pesar de que en nuestro país ún aproximado de 4 millones de salvadoreños se encuentran en el padrón electoral, no todos fueron a votar, pero hora es el momento de organizarnos como país y dejar de lado las diferencias partidarias e ideológicas para poder construir El Salvador que todos merecemos y el que debemos de legar a nuestros hijos. Los sectores que tuvieron miedo, debido a la campaña sucia, están invitados a trabajar con nosotros en este nuevo gobierno de unidad, así como también los que no creyeron en los cambios que como partido realizó el FMLN después de analizar los nuevos tiempos en que vivimos. Tiempos en los que el pueblo salvadoreño está madurando. En este momento coyuntural debemos tomar lecciones de la historia, tanto nacional como internacional para poder aplicar a nuestro beneficio lo que más nos conviene como país.

Existen casos que deben ser tomados en cuenta, el que más me llama la atención es la Japón después de 1945 justo al final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando Jápón fue humillado por el gobierno en turno de los Estados Unidos con dos bombas nucleares en Nagazaki e Hiroshima, los habitantes de la nación del sol estaban sumidos en una profunda crisis y parecía imposible salir de ella. Los japoneses unieron fuerza y se pusieron de acuerdo y lo lograron. En poco tiempo un nuevo ideal de nación nació en la isla, lo que provocó que el Japón se transformara en una de las mayores economías del mundo y una de las sociedades que menos desempleo y delincuencia tiene.

"La salvación del japón es el japonés", así rezaban desde pequeños en las escuelas niponas y al parecer les valió de mucho el esfuerzo de repetirlo hasta el cansancio pues se gravó en sus mentes y corazones. Ahora están soportando la actual crisis mundial, pero conociendo a esa gente es seguro que el golpe no será tan fuerte, a pesar de que ha bajado la producción de empresas gigantes como Toyota.

Ahora bien, El Salvador debe tomar lección, no sólo del Japón para hacerle frente a la crisis. Gracias a Dios los salvadoreños fuimos lo suficientemente maduros para darle paso a la alternacia en el poder Ejecutivo, algo que nos llena de espectativas porque se han prometido muchas cosas: un gobierno más justo, justicia social, defensa de nuestra Constitución, entre otras. Eso nos da una buena base para partir, pero requerimos el esfuerzo de todos, requerimos esfuerzo de los salvadoreños para ascender en nuestro tipo de vida y mejorar nuestras condiciones sociales y económicas. Esto no lo lograra solo un Gobierno, para ello se requiere de los habitantes de un país, así como en Japón, pues la cultura somos todos y para que existan cambios sustanciosos es necesario trabajar desde nuestra cultura, a partir de nuestra actitud hacia la vida, el trabajo, la solidaridad. Cada uno de nosotros es fundamental para obtener el cambio.

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